Spaghetti con salmón y camarones

                                                   


2 Personas    20 Min    Muy fácil

Ingredientes:

- 2 lomos de salmón.
- 250 gr de spaghetti (perdón, no puedo escribir "espaguetis" por más que la RAE lo diga).
- 6 o 8 camarones/gambas.
- Crema de leche, un brick pequeño de 200 ml.
- Alcaparras.
- Tomate frito, tres o cuatro cucharadas.
- 1 cebolla mediana.
- Champiñones u otros hongos.
- Sal y pimienta al gusto.


Elaboración:

Éste es uno de esos platos tan fáciles de preparar que casi ofende. Es ideal para sorprender a alguien, para impresionar en la primera cita (o la que sea) y quitarnos de encima la fama de analfabetos cocinillas.

El primer paso (después de lavarnos las manos, obvio) es poner una olla con agua en el fuego. Echamos un puñado de sal y un chorrito de aceite y la tapamos. ¡Fuego a tope!

En otra cazuela honda rallamos una cebolla y la sofreímos. Como he comentado alguna vez, yo la cebolla la rallo directamente sobre la cazuela antes de poner al fuego, después le añado el aceite, la sal y la pongo al fuego. Para los entendidos esto es un crimen a la altura del de Dallas, pero para los vagos nos ahorramos un plato.

Mientras la cebolla se fríe hasta que quede casi transparente preparamos los hongos. A algunos nos encantan los hongos, los bolets en catalán, para otras personas no tanto..., pero esta receta los lleva de modo que si te gustan puedes echar varios tipos de ellos y si no te gustan demasiado, pues con media bandeja de champiñones del supermercado es suficiente. Eso sí, pongas lo que pongas que sea en láminas u hongos pequeños. Cuando los tenemos cortados, los echamos al fuego junto con la cebolla, removemos y salamos de nuevo. Los hongos siempre deben salarse mientras se cocinan porque si se salan en crudo se ennegrecen.

Aquí acostumbro a echar un chorrito de vino blanco si sólo hay champiñones o tinto si va más variedad.

Mientras los hongos van soltando su jugo y tu equipo pierde la final de la Copa del Preparao de manera miserable, pelamos las gambas (camarones a este lado del mar), las troceamos, salamos y reservamos. Tomamos entonces los dos lomos de salmón y los echamos sobre los hongos.

Apenas tras echar el salmón en la cazuela cogemos la cuchara de madera con la que removíamos la cebolla y lo golpeamos desmenuzándolo entre los hongos. Veréis que se desmenuza muy fácil al mismo tiempo que va cambiando de color, de modo que podemos seguir destrozando hasta que consigamos la textura que más nos guste. Cuando hayamos acabado de imitar a Jack el Destripador, echamos las gambas troceadas y removemos.

Es probable que el agua de la pasta ya esté hirviendo, si es así quitamos la tapa (sin hacerlo es más complicado), tomamos el tiempo y echamos los spaghetti al agua caliente. Ayudamos con la cuchara de madera a que vayan bajando al fondo de la olla y movemos.

Una vez dentro volvemos a la salsa. Removemos de nuevo y echamos el bote de crema de leche. Removemos otra vez hasta que la crema quede bien disuelta en la mezcla de hongos, cebolla, salmón y gambas. Después echamos el tomate frito, no mucho porque endurece el plato, apenas tres o cuatro cucharadas, removemos y tapamos.

Vigilamos los spaghetti y los movemos con la cuchara para que no se peguen entre ellos.

Esperamos un par de minutos y bajamos el fuego de la cazuela para que la salsa se haga despacio. A mí me gusta echar entonces una cucharada de alcaparras.

Normalmente la pasta se cocina en ocho o diez minutos, pero la salsa se nos puede espesar demasiado a partir de los seis o siete, por lo que es conveniente echar un vistazo y si vemos que se espesa mucho, podemos apagar el fuego y dejarla reposar tapada.

Cuando ha pasado el tiempo de sacar la pasta, la colamos y la tiramos en la cazuela.

Truco de vago 2.0. Cuando cocino spaghetti (no funciona con otras pastas) y para no manchar un colador, lo que hago es que apago el fuego de la olla y la acerco hasta la cazuela en la que estoy cocinando la salsa. Enciendo el fuego de ésta (si es que lo había apagado porque se espesaba) y con unas pinzas tipo parrilleras voy sacando los spaghetti y tirándolos sobre la cazuela hasta que no queda ni uno en la olla. Si no eres tan vago como yo, puedes colarlos con normalidad y tirarlos en la salsa.

Remueves un poco para que toda la pasta quede impregnada de la salsa, y listos.

Bon profit!

Nota: hoy he frito un camarón aparte para hacer la foto... La verdad es que si no fuera por el blog no pierdo ese tiempo, pero también me he dado cuenta que para impresionar al personal funciona (o eso me ha dicho mi comensal favorita).


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